
Apreciación Artística
Esta evocadora estampa muestra un momento sereno a principios de la primavera, retratando la icónica pagoda del Parque Ueno en Tokio rodeada de flores de cerezo en plena floración. La pagoda se alza en el centro con sus techos escalonados elegantemente superpuestos, cada nivel detallado con precisión. El cielo crepuscular presenta un degradado en tonos azules profundos que se funden suavemente, acompañado por una delicada luna creciente que aporta una sensación de calma y tranquilidad. Las flores de cerezo aparecen como nubes suaves en tonalidades rosadas y blancas, evocando la belleza efímera de la temporada de sakura, abrazando delicadamente la parte inferior de la composición.
La técnica utilizada pertenece al movimiento shin-hanga, una renovación del ukiyo-e, con líneas nítidas, una delicada gradación de colores y un aura de quietud que invita a la reflexión. La armonía entre la estructura arquitectónica y la suavidad orgánica de las flores es hipnótica, y el cambio sutil de los tonos desde el azul oscuro en la parte superior a los claros cerca de las flores crea profundidad. Emocionalmente, la obra transmite paz y nostalgia, celebrando la naturaleza efímera de la vida y los cambios estacionales. Creada en 1952, esta pieza refleja el anhelo de Japón posguerra por la belleza y la tradición, uniendo la artesanía histórica con la sensibilidad moderna.