
Apreciación Artística
Este delicado dibujo captura un momento de tranquila contemplación, realizado con líneas ligeras y fluidas que parecen dar vida a la figura. El artista combina magistralmente trazos suaves de tiza roja y lápiz, creando sutiles contrastes y sombreados que realzan la expresión serena y la postura relajada del sujeto. Su rostro, enmarcado por cabellos sueltos, descansa pensativamente sobre su mano, evocando introspección y calma. El fondo sencillo permite que la atención del espectador se centre en la emotiva presencia de la modelo, cuyo mirar resulta a la vez distante e íntimo.
La composición logra un equilibrio perfecto entre detalle y sugerencia: los contornos delicados se funden armoniosamente con el papel, mientras las líneas firmes alrededor del rostro invitan a una observación más cercana. Esta obra irradia una elegancia atemporal, capturando no solo la semejanza física sino la esencia emocional de Jacqueline. Con raíces en la tradición del retrato pero con un estilo aireado e impresionista, el dibujo invita a la imaginación a vagar, despertando pensamientos sobre el mundo interior de la modelo y la silenciosa admiración del artista.