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Apreciación Artística
La escena estalla con energía indómita; dos caballos, encerrados en una batalla salvaje, dominan el lienzo. El artista captura magistralmente el poder crudo y la ferocidad de la lucha. Una tempestad arremolinada rodea a los animales, reflejando la agitación interna de los combatientes y añadiendo tensión dramática. La luz, aunque atenuada por la tormenta, resalta dramáticamente las formas de los caballos, proyectando largas y danzantes sombras que amplifican el caos. La textura de las pinceladas es palpable; casi siento el viento y la lluvia en mi rostro al contemplarla. Es una representación visceral del conflicto, que evoca sentimientos de asombro y aprensión.