
Apreciación Artística
La escena estalla con una energía frenética; la composición, un torbellino de movimiento, captura un momento crucial. Un caballo monumental, con su forma oscura cortando la escena, domina la parte inferior, su jinete aparentemente ileso por el caos. Las figuras están esparcidas por el primer plano, contorsionadas en poses de lucha y derrota. Una cascada de cuerpos se precipita hacia abajo, y la arquitectura del templo proporciona un telón de fondo rígido, lo que aumenta la tensión dramática. El juego de luces y sombras es intenso, con un efecto de foco que ilumina figuras clave y enfatiza la violencia del evento. Los colores, apagados y sombríos, contribuyen a la atmósfera general de tragedia y agitación, atrayendo al espectador a esta experiencia visceral.