
Apreciación Artística
Esta evocadora estampa revela un paisaje lacustre sereno, marcado por la suave interacción de los elementos naturales. Altos pinos enmarcan el primer plano, sus agujas de un verde oscuro contrastan con las aguas tranquilas y brillantes del lago. La amplia extensión de agua refleja matices sutiles de azul y naranja apagado provenientes de las colinas bañadas por el sol en la distancia, creando un ritmo apacible que guía la mirada a lo largo de la escena. Sobre el paisaje, nubes cumuliformes esponjosas se despliegan en un cielo claro azul, aportando una calidad onírica a la composición. La técnica meticulosa del grabado en madera se hace patente en las delicadas gradaciones de color y textura, mostrando un dominio en la superposición y variación tonal típico de las estampas Shin-hanga del siglo XX.
La composición logra un equilibrio perfecto entre detalle y amplitud; mientras que los árboles presentan texturas minuciosas, casi táctiles, el agua y el cielo se expanden de forma aireada, evocando una quietud meditativa. El uso de colores vivos pero naturales imparte tanto vitalidad como calma. Emocionalmente, esta obra invita a la contemplación tranquila, sumergiendo al espectador en un instante suspendido entre la tierra y el cielo. Históricamente, creada en 1927, refleja un periodo en que la xilografía japonesa tradicional fue revitalizada con influencias renovadas, combinando perspectivas occidentales sobre la luz con técnicas ancestrales. Esta pieza, rica en atmósfera y refinada en arte, se erige como un sentido tributo a la hermosura del pantano Kusunuma en Akita, invitándonos a escuchar el susurro de las hojas y la brisa flotante sobre el agua.