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Apreciación Artística
La escena se desarrolla en un espacio sombrío y cavernoso, iluminado por la luz parpadeante de una antorcha. Las figuras, representadas con trazos dramáticos de color, participan en una solemne procesión. Cargan una figura cubierta con una mortaja, con los rostros marcados por el dolor y la determinación. La composición es una clase magistral de claroscuro; el contraste entre la luz y la sombra amplifica el peso emocional del momento, atrayendo la mirada del espectador hacia las figuras centrales. Las texturas son ricas, las pinceladas visibles, dando a la pieza una energía dinámica. Casi puedo oír los murmullos apagados, sentir el frío de la tumba.