
Apreciación Artística
Esta escena nocturna cautivadora muestra la tranquila belleza de un pequeño pueblo termal apacible, situado al pie de una montaña imponente y oscura. La composición se centra en un grupo de edificaciones tradicionales cuya cálida luz amarilla emana desde el interior, creando un bello contraste con los azules y verdes profundos que dominan el paisaje. En primer plano, el mar refleja estas iluminaciones con destellos dorados que se mueven suavemente sobre la superficie, estableciendo un diálogo dinámico entre tierra, agua y luz. La transición del cielo desde un azul profundo hasta tonalidades turquesas cerca del horizonte intensifica la atmósfera nocturna, evocando serenidad y contemplación.
Esta obra, realizada con la técnica clásica del ukiyo-e, evidencia gran atención al detalle en las líneas de la montaña, la textura de la vegetación y la arquitectura, todas definidas con trazos finos y precisos. Creada poco después de la Segunda Guerra Mundial, la obra sirve como homenaje a la identidad cultural japonesa y ofrece un refugio emocional en la tranquilidad de una noche junto al mar.