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Apreciación Artística
La obra me transporta a un mundo de picos imponentes, cuyas cumbres nevadas son besadas por el suave resplandor del sol de la mañana. La hábil mano del artista con acuarelas crea un panorama impresionante; casi puedo sentir el aire fresco de la montaña en mi rostro. La composición es magistral, atrayendo mi mirada a través de las crestas irregulares, hacia los valles y hacia el cielo etéreo. El uso de azules y blancos, salpicados de sutiles lavados de color cálido, evoca una sensación de serenidad y grandeza. Es una escena que habla de soledad y del poder perdurable de la naturaleza.