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Apreciación Artística
Este aguafuerte nos transporta al corazón de una corrida de toros; la energía es palpable, cargada de peligro y bravuconería. Un matador, en medio de una audaz hazaña, se equilibra precariamente sobre una plataforma improvisada. El toro, una magnífica bestia de músculo y furia, carga hacia adelante, con la capa roja aparentemente a pocos centímetros de distancia. El drama se acentúa con el fuerte contraste de luces y sombras. La composición, una clase magistral en la captura del movimiento, atrae la mirada por toda la escena. El sutil juego de la luz contra la áspera textura del papel da a la obra de arte una sensación de crudeza e inmediatez, sugiriendo la experiencia de primera mano del artista o una profunda empatía por el tema.