
Apreciación Artística
Este grabado captura con delicadeza un momento tranquilo al anochecer en un paisaje rural. Un carruaje tirado por un caballo se detiene junto a un arroyo serpenteante, mientras un cálido resplandor naranja de la luna llena se asoma entre las siluetas de árboles altos y oscuros. Los tonos azules y verdes profundos dominan la escena, transmitiendo una sensación de calma y recogimiento. Al fondo, las evidentes formas de casas añaden una presencia humana pero discreta, integrándose perfectamente con la naturaleza.
La técnica de grabado en madera permite un juego sutil de gradaciones tonales y texturas que generan una atmósfera serena y contemplativa. La composición equilibra hábilmente los elementos verticales de los árboles con las líneas horizontales del arroyo y el camino del carruaje, creando un ritmo visual armónico. Este trabajo representa una continuidad en la tradición paisajística japonesa de principios del siglo XX, combinando la belleza natural con la vida cotidiana en una imagen llena de poesía y silencio.