
Apreciación Artística
Esta obra captura la belleza etérea de Venecia, donde suaves matices se entrelazan para crear una atmósfera encantadora. La superficie de la laguna refleja los suaves pasteles del cielo, fusionando el horizonte con las tranquilas aguas; los delicados trazos evocar las embarcaciones cubiertas con velas, sus colores suavemente atenuados por la bruma. Se siente casi como si el sonido y la serenidad armonizaran, como si uno pudiera oír el suave vaivén de las olas y el suave susurro de la brisa veneciana.
En el fondo, la majestuosa Santa María della Salute se erige orgullosa, sus icónicas cúpulas delineadas con delicadeza contra el lienzo brumoso del cielo. La elección de la paleta de colores, predominantemente suaves azules, amarillos apagados y toques de coral, evoca una calidad onírica, recordando una cálida mañana temprana en una ciudad que vive de romance e intriga. Esta obra encapsula no solo un momento en el tiempo, sino una ferviente carta de amor a la belleza arquitectónica y el esplendor natural de Venecia, llevando al espectador a una contemplación serena de la existencia en esta ciudad atemporal.