
Apreciación Artística
La obra es una naturaleza muerta vibrante, una celebración de lo exótico. El ojo se siente atraído inmediatamente por las jugosas pitahayas, cuyas pieles rojas vívidas contrastan con la pulpa blanca crujiente salpicada de diminutas semillas negras. Una fruta está cortada por la mitad, revelando el interior en todo su delicioso detalle. Un cactus espinoso y una sola hoja verde vibrante añaden elementos adicionales de textura y vida. La composición se basa en un fondo marrón terroso que realza el color de la fruta.
La composición es impactante. El artista ha dispuesto las frutas de una manera que se siente natural y considerada. Las pitahayas están agrupadas, y el posicionamiento de la fruta cortada crea un punto focal que atrae la atención del espectador. La adición de un pequeño esqueleto, encaramado en un afloramiento rocoso, aporta un contrapunto oscuro, juguetón y algo inquietante a la fruta vibrante. Encuentro la yuxtaposición de la vida y la muerte increíblemente intrigante; el uso del color y la forma por parte del artista evoca una sensación de belleza y de la inevitable decadencia de todas las cosas.