
Apreciación Artística
Iluminada por la etérea luz de una luna llena, esta estampa de madera captura con belleza nostálgica un paisaje rural nocturno. Los canales de riego serpentean entre los arrozales, conduciendo la mirada hacia una densa línea de árboles perfilados en la oscuridad bajo el cielo iluminado por la luna. La esfera luminosa de la luna aparece en equilibrio perfecto sobre el horizonte, tiñendo la escena de un frío tono azul plateado. Los árboles dibujados en índigos profundos y negros contrastan con el agua clara y los contornos que parecen escarcha o neblina sobre los campos. Este juego de luces y sombras, unido a la paleta sencilla de azules, blancos y negros, crea una atmósfera serena y contemplativa que invita al recogimiento.
La técnica aplicada es la clásica del shin-hanga, que fusiona métodos tradicionales del ukiyo-e con una sensibilidad moderna hacia la atmósfera y el naturalismo. Los delicados degradados del cielo y el detallismo de los bordes de campo muestran el dominio del grabado en madera. La composición —equilibrada pero dinámica— realza no solo la belleza de la naturaleza sino también la armonía entre la actividad humana y el medio natural. Creada en 1946, poco después de la Segunda Guerra Mundial, la obra refleja un anhelo de paz y una vuelta a la vida rural tranquila. Su profundidad emocional y refinada maestría artística la consagran como una pieza significativa dentro del movimiento shin-hanga y la historia del grabado japonés.