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Apreciación Artística
Una escena serena se despliega ante nosotros, pintada con un toque delicado que susurra quietud. La obra presenta un paisaje montañoso, con una vivienda ubicada en la base de un acantilado escarpado. El artista emplea un uso magistral del lavado de tinta, creando una sensación de profundidad y atmósfera; las laderas de las montañas se desvanecen suavemente en la distancia, un testimonio de las sutiles gradaciones del artista y su experta pincelada. Los colores son discretos, tonos apagados de tierra y cielo, evocando una sensación de tranquilidad y atemporalidad. La composición está equilibrada, con la formación rocosa y accidentada que proporciona un fuerte elemento vertical, contrastando con las suaves curvas de las colinas distantes.