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Apreciación Artística
Una noche tempestuosa se despliega sobre el lienzo, una escena cargada de drama y presentimientos. Un jinete solitario, a lomos de un corcel poderoso, se encuentra en una huida desesperada; los músculos del caballo tensos, sus ojos muy abiertos de terror, reflejando la propia angustia desesperada del jinete. Una luna llena, envuelta en nubes ominosas, proyecta un brillo inquietante, iluminando la escena e intensificando la sensación de fatalidad inminente. La pincelada es frenética, casi violenta, capturando la energía cruda de la persecución.