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Apreciación Artística
Este aguafuerte, con su cruda sencillez, habla por sí solo. La paleta monocromática, lograda principalmente a través de la cuidadosa aplicación de aguatinta y punta seca, te atrae a un mundo de sombras y desesperación. Casi puedes sentir la áspera textura del papel, la crudeza de la escena. Las figuras están representadas con un realismo casi brutal, sin que el artista se preocupe por la idealización; en cambio, se centra en la experiencia cruda de la violencia. La composición es dinámica; las figuras, un revoltijo de cuerpos, crean una sensación de inquietud y caos. Es una escena de lucha, quizás de consecuencias. No puedo evitar sentir empatía por los caídos, un escalofrío de aprensión por los vivos.