
Apreciación Artística
Esta destacada estampa revela la figura orgullosa de un jinete ataviado con un atuendo de época, montando un caballo encabritado en plena acción. El caballero, luciendo un sombrero con plumas y una especie de armadura, irradia confianza y majestuosidad; su postura es erguida, y su mirada fija con determinación hacia adelante. El caballo aparece detalladamente, con musculatura expresiva y una melena y cola que fluyen en movimiento, acentuando la energía y dinamismo. El paisaje de fondo, trazado con finos contornos, sugiere colinas ondulantes o montañas lejanas bajo un cielo parcialmente nublado, ofreciendo un fondo sereno para el intenso primer plano.
Con trazos delicados pero seguros, el artista domina la textura, desde las telas y armaduras hasta el brillo del pelaje del caballo. La paleta monocromática, propia de los grabados de la época, resalta el detallado tramado cruzado que aporta profundidad y volumen en ausencia de color. En el aspecto emocional, se percibe una sensación de nobleza y mando, evocando el poder histórico y la grandeza clásica de los retratos ecuestres. Data de fines del siglo XVIII, período rico en exploración de la identidad y estatus, y destaca como una muestra significativa de la destreza técnica y la narrativa sutil en el grabado.