
Apreciación Artística
La escena se desarrolla con una intensidad dramática; un cielo tempestuoso domina, arremolinándose con tonos de gris y marrón, formando un telón de fondo para el drama divino. En el centro, Juno, envuelta en fluyentes ropas rojas, asciende a través de las nubes, su postura transmite una mezcla de ira y determinación. Su forma es radiante, resaltada por la penumbra circundante, con el brazo alzado en un gesto de mando. Abajo, el mundo mortal está en agitación. Las figuras luchan contra las olas rompientes, sus cuerpos contorsionados por la agonía y el miedo. Una figura musculosa, probablemente Neptuno, se encuentra en una costa rocosa, gesticulando con autoridad, quizás intentando controlar el caos. El hábil uso de la luz y la sombra por parte del artista crea una sensación de profundidad y dinamismo, atrayendo la mirada del espectador al corazón de la narrativa. Los colores son ricos y audaces, con los rojos y azules creando un poderoso contraste.