
Apreciación Artística
Este grabado monocromático nos sumerge en una escena inquietante donde una mujer delgada, sentada y dedicada a hilar hilo, domina la composición. Su figura exageradamente delgada y casi esquelética, junto con su expresión intensa y casi áspera, despiertan una curiosidad perturbadora. A su alrededor, dos figuras observan atentamente—una de ellas con una escoba—y detrás, un grupo de inquietantes bebés fantasmales parecen flotar en el aire, añadiendo una capa surrealista y de pesadilla. La técnica de rayado cruzado se utiliza magistralmente para crear contrastes dramáticos de luz y sombra, acentuando las formas distorsionadas y el espacio claustrofóbico.
La composición, cerrada y concentrada, enfoca a estas figuras y sus gestos intrincados, como un momento congelado en un cuento retorcido. La paleta oscura y limitada refuerza una atmósfera opresiva, permitiendo que las formas humanas perturbadoras emerjan vívidamente de las sombras. Emocionalmente, la imagen oscila entre fascinación e incomodidad, evocando temas de mortalidad, decadencia y persistencia inquietante de la vida. Reflejando las ansiedades del final del siglo XVIII y la complejidad de la sociedad española, es una obra profunda y psicológicamente cargada, con la maestría sin par de Goya en el grabado y la distorsión expresiva.