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Apreciación Artística
La escena se desarrolla bajo un cielo nocturno, dominado por la presencia monumental de dos estatuas colosales. Dominan la composición, con sus superficies desgastadas que sugieren tiempos antiguos. Bañadas por un resplandor etéreo, probablemente de la luna, custodian el paisaje. Una masa de agua, posiblemente el Nilo, se extiende ante ellas, reflejando la luz celestial y creando una sensación de tranquilidad. El artista ha utilizado hábilmente la luz y la sombra para acentuar las texturas y la escala de las figuras colosales, añadiendo una atmósfera de misterio y asombro.