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Apreciación Artística
En esta escena cautivadora, la tranquila superficie del agua se convierte en un tapiz abstracto de colores mezclados: suaves verdes, vibrantes rosas y azules delicados que evocan una sensación de calma y serenidad. Los nenúfares, como delicadas joyas flotantes, parecen danzar sobre el agua, sus suaves pétalos proporcionando un contraste fuerte pero armonioso contra el suave vaivén del lienzo acuático. La pincelada de Monet irradia una sensación de fluidez; las trazadas se sienten espontáneas, casi vivas, invitando al espectador a perderse dentro de su vasta y soñadora extensión.