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Apreciación Artística
La mujer está sentada, serena en un momento de tranquila contemplación, con la mirada directa e inquebrantable. El artista ha capturado magistralmente el juego de la luz sobre los pliegues de su vestido de raso azul, creando un brillo hipnotizante. Sus delicadas manos están cruzadas, lo que añade una sensación de serena compostura. La oscuridad profunda y aterciopelada del fondo proporciona un contraste impactante, acentuando su tez pálida y la luminosidad de su atuendo, especialmente el vibrante tono dorado de la tapicería de la silla. Es como si estuviera enmarcada dentro de una burbuja propia, un momento congelado en el tiempo para que lo observemos y admiremos.