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Apreciación Artística
La obra representa a un pastor absorto en la acción de tocar su flauta. Está reclinado casualmente sobre una loma cubierta de hierba, con una postura relajada, lo que sugiere un momento de ocio y contemplación. La composición es simple pero efectiva, centrándose en la figura y el paisaje que lo rodea. El artista utiliza una paleta de colores apagados, con tonos terrosos que dominan el primer plano, contrastando con los azules y amarillos más suaves del cielo en el fondo. Las pinceladas son sueltas, insinuando una sensación de inmediatez y capturando la cualidad efímera del momento. Se siente como una escena capturada de un idilio pastoral.