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Apreciación Artística
El retrato presenta a una mujer de innegable elegancia, capturada en un momento de serena quietud. Su mirada es directa, pero suave, atrayendo al espectador a un mundo de discreto lujo y refinamiento. El artista ha representado magistralmente las texturas: la piel lisa, el brillo sutil de las perlas, la lujosa caída de la tela que envuelve sus hombros. El juego de luces y sombras resalta las delicadas curvas de su rostro y los suaves pliegues de sus prendas, realzando la sensación de profundidad y dimensión. El efecto general es de belleza atemporal y tranquila confianza.