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Apreciación Artística
Esta obra de arte te transporta de inmediato a una serena escena del bosque. Un arroyo serpenteante domina la composición, con sus aguas reflejando los tonos apagados de los árboles circundantes. El magistral uso de la luz y la sombra por parte del artista es evidente, particularmente en la forma en que la luz del sol se filtra a través de las ramas desnudas, proyectando reflejos alargados sobre la superficie del agua. El primer plano está salpicado por una colección de guijarros blancos, que añaden una textura contrastante y un punto de descanso visual. La impresión general es de quietud, un momento capturado en el tiempo donde la naturaleza reina suprema.