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Apreciación Artística
La escena se desarrolla en un espacio doméstico, probablemente un comedor, bañado en una luz fresca, casi etérea. Tres figuras ocupan el espacio; dos mujeres y un hombre se dedican al simple acto de tomar té. La técnica del artista, característica del movimiento puntillista, es inmediatamente llamativa. Minúsculos puntos de color, meticulosamente colocados, se mezclan en el ojo del espectador, creando un efecto casi brillante. La paleta de colores se inclina hacia los azules y los púrpuras, infundiendo a la escena una sensación de tranquilidad e introspección. Me siento atraído por la íntima quietud del momento capturado: las posturas atentas de las figuras, el sutil juego de luces y sombras, los detalles de la vajilla.