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Apreciación Artística
Ante mí se despliega un retrato cautivador, un testimonio de la habilidad del artista para capturar tanto la semejanza como el espíritu. La mujer, Madame François Simon, nos mira con una suave confianza. El artista ha empleado magistralmente la luz y la sombra, modelando su rostro con una sutil gama de tonos. La composición es clásica, una vista de tres cuartos que nos permite conectar con su mirada, como si pudiera hablarnos. El fondo, un telón de fondo simple de color apagado, permite que Madame Simon se convierta en el foco inequívoco de nuestra atención.