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Apreciación Artística
En esta pieza evocadora, el frío abrazo del anochecer envuelve una tranquila escena callejera, donde la luz de la luna proyecta un brillo fantasmal sobre la arquitectura y el entorno. Las formas rígidas y geométricas de la casa contrastan con las formas fluidas y orgánicas de los árboles y las suaves curvas del camino que se adentra en la oscuridad; los azules y verdes profundos crean una atmósfera misteriosa que invita al espectador a entrar en un mundo que se siente a la vez sereno y inquietante. Es como si casi pudieras escuchar los susurros de la noche mientras las sombras bailan a través del paisaje, llamándote a explorar más en la quietud.