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Apreciación Artística
La obra captura una vista serena y soleada de un pueblo enclavado en una ladera. Edificios con tejados azules descienden por la pendiente, bañados por el cálido resplandor del sol de la tarde. Las pinceladas del artista bailan sobre el lienzo, creando una sensación de movimiento y textura; el cielo está vivo con nubes suaves y arremolinadas. La composición está magistralmente equilibrada, con las figuras del primer plano guiando sutilmente la mirada hacia el corazón de la escena, donde el pueblo se despliega en un tapiz de color y luz.