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Apreciación Artística
La obra captura una serena escena ribereña bajo un cielo dramático y lleno de nubes. La composición está equilibrada, con un pequeño pueblo asentado a lo largo de la orilla del río, con sus edificios y una torre de iglesia prominente detallados contra la luz. El artista utiliza magistralmente la luz y la sombra, con las nubes iluminadas por un sol oculto, proyectando un brillo cálido sobre la escena. El agua refleja el cielo, creando una sensación de profundidad y tranquilidad. Las pinceladas son visibles, añadiendo textura y una sensación de movimiento al paisaje. El efecto general es de contemplación silenciosa, un momento congelado en el tiempo, que invita al espectador a detenerse y reflexionar sobre la belleza del mundo natural.