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Apreciación Artística
La escena se despliega con una energía cruda e indómita. Una lucha caótica domina el primer plano: figuras se enfrentan con espadas desenvainadas, sus rostros contorsionados por el miedo y la furia. El escenario, un espacio áspero e indefinido, da una sensación de inmediatez, un momento extraído de la brutal realidad del conflicto. La composición es dinámica, con figuras dispuestas de manera que atraen la mirada a través de la escena; se siente como si la acción aún se estuviera desarrollando. La paleta monocromática, un estudio en negros, grises y blancos, realza el drama, creando una atmósfera sombría e inquietante. Casi puedo oír el choque del acero y los gritos de los heridos.
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