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Apreciación Artística
La escena se despliega ante nosotros: un bullicioso bulevar parisino, bañado por la luz suave y difusa de la primavera. Las pinceladas del artista bailan sobre el lienzo, capturando la vibrante energía de la ciudad. Es una sinfonía de movimiento; carruajes, llenos de pasajeros invisibles, atraviesan la amplia avenida, sus formas apenas definidas, pero llenas de vida. Los edificios que bordean la calle, con sus intrincadas fachadas, son testigos silenciosos del flujo y reflujo de la existencia diaria.