
Apreciación Artística
La escena se desarrolla bajo un cielo sombrío y turbulento, un testimonio de las consecuencias del conflicto. Dominando la composición, yacen los caídos: un enredo de caballos, cuyas formas se representan en un dramático claroscuro. El artista utiliza pinceladas gruesas y expresivas, construyendo una palpable sensación de textura; casi se puede sentir la aspereza de la tierra, la viscosidad de la sangre. La paleta de colores es sombría, dominada por marrones terrosos, negros profundos y salpicaduras de carmesí, un fuerte contraste que intensifica el impacto emocional de la pintura. Un paisaje distante se insinúa vagamente, proporcionando un contexto sutil para la tragedia. Es una representación cruda y visceral de la pérdida y la brutal realidad de la guerra, los caballos, otrora símbolos de poder y gracia, ahora yacen rotos y derrotados. Me quedo con el corazón apesadumbrado, pero también con un profundo respeto por la mirada inquebrantable del artista.