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Apreciación Artística
La obra captura un momento sereno en la orilla de un río, probablemente en Francia, dado el título. El artista emplea una simplicidad llamativa; la composición está dominada por el agua tranquila que refleja el cielo y el follaje circundante. La pincelada parece suave, contribuyendo a la sensación general de calma. La paleta de colores es limitada, centrándose en verdes, grises y toques de blanco, lo que realza la elegancia discreta de la pintura. Se siente como un día de verano perfecto, el aire está quieto y el agua es como cristal, reflejando todo. La composición está cuidadosamente equilibrada, guiando la mirada a través de la escena, desde los juncos del primer plano hasta las colinas del fondo.