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Apreciación Artística
La escena se desarrolla en un salón cavernoso y a la luz de las velas, donde el aire se llena de tensión. Una multitud de figuras se abalanza hacia el centro, donde un hombre con elaboradas vestiduras eclesiásticas es atrapado en medio de una violenta lucha. Su rostro, apenas visible, está grabado con una expresión de sorpresa y horror. A su alrededor, un caótico ballet de manos y armas, un testimonio del acto repentino y brutal que ha destrozado la tranquilidad del festín. La composición atrae magistralmente la mirada, creando una sensación de claustrofobia e intensidad, obligando al espectador a enfrentarse a la emoción cruda del evento.