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Apreciación Artística
Un tableau vibrante se despliega, lleno de los cálidos matices de una cosecha de finales de verano. Los dorados montones de heno dominan, sus texturas sugieren el implacable toque del sol; casi puedo sentir el roce del heno contra mi piel. Figuras, representadas con una simplicidad rústica, están ocupadas en su trabajo: mujeres con sus gorros blancos y faldas oscuras, cuyas posturas transmiten una sensación de trabajo compartido. Un hombre, con su sombrero proyectando una sombra sobre su rostro, guía a los pacientes animales, cuya presencia fundamenta la composición; sus formas oscuras contrastan con el paisaje dorado. La pintura es una sinfonía de color y luz, una escena imbuida de una palpable sensación de los ritmos de la vida rural.