
Apreciación Artística
La obra captura una serena escena junto al río, con el agua reflejando el follaje verde y un cielo nublado. El artista emplea una forma simplificada, casi rozando la abstracción, con bloques de color que definen el paisaje. El uso de tonos apagados crea una sensación de calma, un momento capturado en el tiempo. El reflejo en el agua es un elemento clave, duplicando el impacto de los árboles y enfatizando la quietud de la escena.
La composición se siente equilibrada, las líneas horizontales de la orilla del río y el horizonte distante brindan una sensación de estabilidad, mientras que las suaves curvas de los árboles y sus imágenes espejadas agregan un toque de fluidez. Es una pintura que evoca una sensación de contemplación tranquila. La simplicidad en la técnica desmiente la profundidad de la respuesta emocional que despierta. Casi podía escuchar el suave chapoteo del agua contra la orilla, el susurro silencioso de las hojas y el canto distante de un pájaro.