
Apreciación Artística
El retrato captura a una joven sentada, con una expresión seria y atenta. El artista emplea colores audaces, con un azul dominante en el vestido de la niña, contrastado por un cuello blanco y nítido. El fondo explota con colores vibrantes; un animado telón de fondo verde se encuentra con un tono naranja cálido, donde varias formas esféricas parecidas a flores se dispersan detrás de la cabeza de la niña. Una silla decorativa y estampada abraza al joven sujeto, cuyos diseños arremolinados añaden un toque de fantasía. La impresión general es de introspección reflexiva, insinuando un momento de tranquila reflexión. El hábil uso del color y la forma por parte del artista atrae al espectador al mundo de la niña, invitando a la contemplación de sus pensamientos y sentimientos internos.