
Apreciación Artística
El retrato presenta a una joven, representada con una franqueza impactante. Su cabello oscuro está cuidadosamente peinado y trenzado, enmarcando un rostro que sostiene una mirada de tranquila intensidad. Está sentada, con las manos entrelazadas en su regazo, y viste un vestido verde adornado con pequeños lunares rojos y delicados detalles de encaje en las mangas. El fondo se divide en dos planos distintos: un púrpura profundo que evoca una sensación de misterio e introspección arriba, y un amarillo dorado cálido abajo, creando un contraste que resalta al sujeto. La técnica del artista es evidente en las sutiles gradaciones de color y los tonos de piel suaves, casi como porcelana. La impresión general es de inocencia teñida con un toque de melancolía; la expresión de la niña sugiere una profundidad que va más allá de sus años.