
Apreciación Artística
Esta vibrante obra capta una escena llena de juventud y alegría. El punto focal es una niña en pleno vuelo, su vestido ondeando mientras corre alegremente bajo la luz moteada de los árboles. Su movimiento guía la mirada del espectador a través de la composición, atrayendo la atención hacia la encantadora fuente circular en el centro, donde los reflejos brillan como una melodía en el fondo bañado por el sol. El uso de pinceladas sueltas y la espontaneidad de la escena crean una sensación de inmediatez; casi se puede escuchar la risa de los niños y el susurro de las hojas.
La paleta es brillante y acogedora, con azules, verdes y suaves blancos entrelazándose. Las sombras contrastantes añaden profundidad y dimensión, realzando la sensación de un cálido día de verano. Esta pieza evoca nostalgia, invitando a los espectadores a recordar sus propias alegrías infantiles. El contexto histórico sitúa esta pintura a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando los artistas comenzaron a centrarse en capturar momentos de la vida real con movimiento y luz, mostrando el enfoque innovador de Sorolla hacia el impresionismo.