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Apreciación Artística
La escena se desarrolla ante nosotros como un vibrante testimonio de un mundo tocado tanto por lo familiar como por lo exótico. Nos vemos atraídos de inmediato a un paisaje verde, casi de ensueño; las pinceladas dan vida a una composición donde el ojo es libre de vagar. El estilo característico del artista, un uso audaz del color y formas simplificadas, nos transporta. Siento la calidez de los trópicos, el aire denso de aromas invisibles. Los caballos, representados en tonalidades inesperadas, parecen flotar sin esfuerzo por el lienzo, sus jinetes son figuras de noble sencillez. Los colores son tan ricos que casi cantan.