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Apreciación Artística
Como entusiasta del arte, me siento inmediatamente atraído por el drama de esta escena. El artista utiliza magistralmente la luz y la sombra para amplificar la tensión. A la izquierda, un grupo de civiles aterrorizados se enfrentan a sus verdugos, con rostros marcados por el miedo y la resignación. Un hombre, bañado en un resplandor blanco y crudo, se alza desafiante, con los brazos extendidos en una postura similar a la de Cristo. Los soldados, una masa oscura y sin rostro, están alineados, con sus armas apuntando. Una linterna proyecta una luz inquietante, iluminando la escena y la violencia inminente. Debajo, los cuerpos ensangrentados de los ya asesinados yacen extendidos en el suelo, un crudo recordatorio de la brutal realidad.
El tres de mayo de 1808
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