
Apreciación Artística
Este dibujo evocador nos sumerge en un drama mítico donde una esfinge alada, majestuosa e imponente, sostiene la muñeca de un hombre desnudo desesperado, que cuelga de un acantilado peligroso junto a una figura caída. La esfinge, coronada y majestuosa, se posa en la cornisa rocosa con una quietud inquietante, combinando el cuerpo de león y el rostro humano, símbolo de poder y misterio. La técnica del artista, con líneas delicadas y precisas en tinta, esculpe la textura áspera de las rocas y la suavidad de la piel humana, creando un contraste impactante. La paleta monocromática, dominada por sepias y grises suaves, intensifica el ambiente sombrío y la cualidad atemporal. La composición está cargada de tensión: la caída vertical, el brazo extendido, la mirada tranquila de la esfinge, que invita a sentir simultáneamente temor y fascinación. La obra refleja la lucha eterna entre la vulnerabilidad humana y fuerzas enigmáticas, evocando el interés romántico decimonónico por el mito y lo sublime.