
Apreciación Artística
Ante mí, se despliega una escena nocturna, cargada con el peso del folclore. Me siento atraído por una reunión a la luz de la luna de figuras, cuyos rostros se contorsionan en una mezcla de miedo y éxtasis. La figura central, un ser dominante con apariencia de cabra, preside la asamblea, su imponente forma acentuada por la oscuridad. El uso magistral de la luz y la sombra por parte del artista enfatiza los rasgos demacrados de las figuras, resaltando la emoción cruda grabada en sus rostros. Casi puedo oír los susurros y el susurro de las vestiduras, el murmullo inquietante de la multitud. La paleta es apagada, pero el drama palpita, gracias a las sutiles gradaciones de negros, grises y ocres que dominan la composición, creando una sensación de inquietud y presagio; es una sinfonía visual de lo macabro, que insinúa los rituales ocultos de la noche.