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Saturno devorando a su hijo

Apreciación Artística

Una escena de terror crudo e instintivo se despliega ante nosotros. Una figura monstruosa, un gigante, se encorva hacia adelante, con los ojos muy abiertos con una locura que hiela el alma. La carne es de un tono pálido y enfermizo, sobre un telón de fondo de oscuridad impenetrable, lo que sugiere un vacío primordial donde todo nace y se consume. La boca de la figura es una boca abierta, un horripilante vórtice del que emana una marea carmesí de sangre; está atrapado en un grotesco acto de consumo. Una forma indefensa y desnuda se alza en alto, agarrada con fuerza en las desesperadas garras del gigante, una figura pequeña y vulnerable ofrecida al hambre implacable. El artista usa magistralmente el contraste entre la carne suave de la víctima y la forma tosca y monstruosa del depredador para amplificar el impacto emocional. Las pinceladas sueltas, la paleta limitada de tonos tierra y la marcada ausencia de luz, solo sirven para subrayar la violencia primigenia de la escena.

Saturno devorando a su hijo

Francisco Goya

Categoría:

Creado:

1823

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Dimensiones:

2072 × 3738 px
83 × 1460 mm

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