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Apreciación Artística
Esta escena captura el dramático incendio que consume un teatro en el horizonte, iluminado por el contraste entre el resplandor intenso del fuego y la fría luz de la luna. El río en primer plano refleja ambas luces, serpenteando suavemente y guiando la mirada hacia el caos distante.
El artista domina el claroscuro, creando una atmósfera teatral y casi fantasmal. Las pequeñas embarcaciones, en silueta contra el agua luminosa, aportan calma en medio del incendio, mientras las nubes giran con energía inquietante, como si la naturaleza misma respondiera a la calamidad. La obra inmortaliza un momento de destrucción y asombro, evocando una poderosa tensión emocional entre tranquilidad y desastre.