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Apreciación Artística
La obra captura la majestuosidad de una cordillera, renderizada con un delicado toque de acuarela. Los picos, algunos cubiertos de nieve, se alzan dramáticamente contra un cielo pálido y brumoso; una atmósfera serena impregna la escena. La técnica del artista parece favorecer los suaves lavados de color, permitiendo que las formas de las montañas emerjan gradualmente del papel. La composición está equilibrada, con el ojo naturalmente atraído desde el primer plano, donde unos pocos árboles insinúan la presencia de vida, hasta los picos distantes e imponentes. Evoca una sensación de asombro y tranquilidad, invitando al espectador a contemplar el poder perdurable de la naturaleza.