
Apreciación Artística
El grabado nos sumerge en un interior austero y sin adornos, donde se desarrolla una escena dura. Dominando la composición, una mujer, con el rostro marcado por una mezcla de rabia y quizás un atisbo de desesperación. Sostiene a un niño pequeño, a punto de infligir un castigo, con una zapatilla levantada en alto; el rostro del niño, aunque pequeño, delata un atisbo de miedo, el golpe inminente. Las figuras están representadas con líneas ásperas y expresivas, transmitiendo una sensación de inmediatez y emoción cruda. Detrás de ellos, la ropa tendida en una cuerda, un detalle mundano que contrasta fuertemente con la intensidad de la acción central. Un jarrón de cerámica destrozado en el suelo añade un elemento tragicómico; es el catalizador de este drama doméstico.