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Apreciación Artística
La escena se despliega con la paciente precisión de un sueño puntillista, donde las pinceladas son reemplazadas por una danza meticulosa de diminutos puntos individuales de color. El ojo, en lugar de ser guiado, es invitado a participar, a mezclar los azules, verdes, amarillos y violetas en un conjunto armonioso. La costa, salpicada de grupos de árboles en diferentes tonos de azul-verdoso, se ondula suavemente; refleja el suave ascenso de las colinas distantes. Hay una palpable sensación de calidez y tranquilidad, una luz dorada que impregna el cielo y se refleja en las aguas en calma, sugiriendo el sol de la tarde. Casi puedo sentir el aire cálido y escuchar el suave oleaje.