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Apreciación Artística
La escena se despliega con una suave ondulación, un idilio rural bañado por la suave luz de la tarde; el paisaje, salpicado de pinceladas verdes y doradas, resulta profundamente familiar, aunque sutilmente estilizado. Dos figuras, quizás absortas en una conversación, se alzan entre las altas hierbas; sus formas, simplificadas y ligeramente alargadas, contribuyen a la sensación general de serenidad. Unos pocos animales descansan pacíficamente en primer plano, añadiendo un toque de presencia terrenal a la escena. La técnica del artista es evidente en las pinceladas deliberadas, que dan una cualidad texturizada a toda la composición. Es un espacio donde el espectador casi puede oír el susurro de las hojas y el zumbido bajo del campo.